Los dias en Parias se me pasaron muy rápidos. Después de la cena romantica Jona y yo nos queriamos cada vez mas. No habia conocido esa faceta de Jona, sabia que era detallista, pero ¿Romantico? ¿Quien lo diria? Quizà solo era porque s habia metido de lleno en una relacion seria y se habia planteado cambiar, pero yo no queria que lo hiciera. Me habia enamorado del Jona macarra, grosero y rebelde y mas tarde me enamore de su interior. No seria lo mismo supongo.
Antes de darnos cuenta nuestra estancia en Paris habia terminado, cada fia me sorprendia con cenas a la luz de las velas, paseos en barca por el lago, ramos de rosas y atardeceres en parques. Todo habia sido perfecto y Jona me habia prometido volver alguna vez. Me costo hacerme a la idea de marcharnos y dejae atrás dias que demostrabamos nuestro amor.
- ¿Lista para volver a casa?.- Me pregunto Jona una vez que nos sentamos en nuestros asientos del avión.
- ¿Serviria de algo si te digo que no?
Jona rio entre dientes.
- A mi también me gustaria quedarme, pero no es posible preciosa.
Suspire entrelazando su mano con la mia. Cerre los ojos preparandome par un vuelo largo e incomodo.
Cuando llegamos al aeropuerto un coche nos esperaba. Jona confucio hasta nuestro distrito, observaba Chicago por la ventana, era raro, de ver calles con casas antiguas y parques a ver calles con grandes edificios y establecimientos de comida rápida.
Jona colocó su mano en mi rodilla haciendo que le prestara atención.
- Volveremos, lo sabes ¿No?.- Me dijo con la mirada en la carretera.
- Lo se, me encantaria haber podido quedarnos mas tiempo.
Jona paro en un semaforo, me miro y sonrio despreocupadamente.
- Cuando volvamos nos quedaremos todo el tiempo del mundo. Pronto empezaremos el instituto, es nuestro ultimo curso, cuando nos graduemos haremos lo que queramos. Seremos solo tu y yo.
Sonreí sadisfecha. Jona sabia como subirme el animo, y me senti agradecida por tenerlo en mi vida, por ser parte de ella o por ser practicamente mi vida.
Antes de darme cuenta Jona giro hacia la derecha y estaciono enfrente de mi edificio. Me ayudó a bajar mi maleta.
- ¿Quieres que te acompañe?.- Me pregunto cerrando el maletero.
Negue con la cabeza.
- No creo que sea buena idea.
- Como quieras. Me tengo que ir, te quiero pequeña.
Deposito un suave beso sobre mis labios. Se monto en el coche y bajo la ventanilla para verme.
- Yo tambien te quiero.
- Vendre mañana por la noche a verte.
- Estaran mis padres..
- Lo se, pero llevo colandome por tu veentana casi un año, creo que podre retomar la costumbre.
Le sonreí mientras me despedia con un gesto lento con la mano.
El arranco el motor y pronto desaparecio por la calle principal. Subi las escalinatas de marmol principal y subi en el ascensor. Cuando llegue a la septima planta este se abrio. Hurgue en mi bolso las llaves de casa.
- ¿Hay alguien?.- Pregunte cerrando la puerta detras de mi.
- ¿Alex?.
Oi la voz de mi padre.
Anduve hacia la sala de estar donde mi padre leía el periodio y mi madre veia la television. Al verme mi madre se acercó corriendo hacia mi abrazando fuerte y depositando besos en mis mejillas.
- Mi pequeña, como te he hechado de menos. ¿Estas bien? ¿Que tal a ido el viaje? ¿Estas cansada? ¿Tienes hambre? Oh, que tonta soy, claro que debes de tener hambre ha sido un viaje muy largo, ¿Quieres unas galletas? O tal vez..
- !Mamá!.- Exclame.- Estoy bien, y no no tengo hambre, gracias.
- ¿Estas segura?.
Yo asentí con firmeza.
Mi padre envolvio los hombros de mi madre con sus manos.
- La estas agobiando cariño, seguro que ahora lo unico que quiere es descansar, ya nos contara como le ha ido mas tarde.
- Gracias papá.
Mi padre me ayudo con la maleta hasta mi habitacion, y una vez sola cerre la puerta y me derrumbe en mi cama. Era tan acogedora y tranquila que rapidamente mis ojos se cerraron devido al sueño.
Cuando me desperte el ruido del trafico mañanero se filtraba por la ventana haciendo eco en mi habitacion. Mire el reloj, me frote los ojos para asegurarme de la hora que era. Eran las ocho de la mañana, ¿Realmente habia dormido 14 horas seguidas? Vaya, estaba hecha una floja. Arrastre mis pies hacia el baño donde me deshice de la ropa de ayer y me di una larga ducha.
Sali del cuarto de baño secandome el pelo con una toalla cuando por casi me caigo del susto.
- Dios mio Holly, ¿Que haces aqui?
- Yo tambien me alegro de verte.
Se levanto de la cama corriendo y me abrazo.
- Te he hechado de menos nena.- Dijo agarrandome las manos.
- Yo tambien Holly.
- Ven, cuentamelo todo.
Ambas nos sentamos en el borde de la cama.
- ¿Por donde empiezo?
- Por donde quieras, tu solo cuenta.
- Bueno, pues han sido los mejores dias de mi vida. Al principio discutimos un poco porque.- Hice una pausa para pensar bien en las palabras adecuadas, no queria contarle a Holly lo de Tiffani.- Bueno porque estaba celoso, decia que los chicos me miraban mucho, ya sabes como es el.
- Ni que lo digas,sigue.
- Esta bien, nuestras discusiones no duran mucho, ya nos conoces, asi que enseguida estuvimos bien. Me llevo de paseo por toda Paris, siempre desayunabamos en una cafeteria preciosa. Nos alojabamos en un hostal precioso Holly. Luego me llevo a la torre Eiffel.
- ¿Te llevo a la torre Eiffel? !Que romantico Alex!
Yo asenti.
- Paseamos en barca, y cada arde mirabamos el atardecer juntos. Me organizo una cna romantica en la atalaya de una montaña donde se veia toda Paris, juro Holly que me hizo la chica mas feliz del mundo.
- Vaya, ¿Seguro que ese era tu novio? Haber si te confundiste con un frances sexy.
-No digas tonterias Holly, claro que era Jona.
Ambas nos reimos.
- ¿Algo mas?.- Me pregunto impaciente.
Mire mis manos desviando su mirada.
- Oh oh, conozco ese gesto, mirame Alex.- La obedeci a regañadientes.
- Bueno, nosotros .. Yo..
Me interumpio.
- No me lo pueso creer. !Lo habeis hecho!.-Exclamo.
- Shhh.- La mande callar.- Mis padres estan abajo.
- ¿Como fue? ¿Te obligo? Como haya sido asi le arranco su..
No la deje acabar.
- Holly, lo decidimos los dos, y simplemente surgio.
Holly se relajo un poco.
- Bueno, si es asi deacuerdo.
Me miro con dulzura agarrandome ambas manos.
- ¿Sabes? Esto nunca te lo e dicho Alex, pero desde que Jona aparecio en tu vida ha cambiado. Y no para mal, estas mas feliz,mas .. La verdadera Alex. Hacia mucho que no te veia asi, me alegro mucho.
Le sonrei encogiendome de hombros.
- Gracias, tu mas que nadie sabias que nunca senti que encajaba.
- Eso es poque tu otra pieza era Jona. Pero si desaparece de nuevo le mato.
Yo me rei.
- Te e traido una cosa.
Me levante y me dirigi al armario. Le entregue una bolsa elegante (Muy francés, obviamente). La abrio con entusiasmo y saco el vestido de lentejuelas azules.
- ¿Para mi?.- Dijo observandolo con admiracion.
Me alegre al ver su reaccion, eso simificaba que le gustaba.
- Pues claro, ¿Para quien si no?
- No se, alomejor tienes otra mejor amiga, pero seguro que yo soy mas guapa que conste.
Yo me rei y la abrace fuerte.
- Te he hechado mucho de menos.
- Y yo a ti.
Me tumbe en la cama y apague la luz de la mesita de noche. Justo cuando mis ojos se cerraban la ventana se abrio de golpe, levante la vista asustada. Me relaje al ver la figura de Jona iluminada por las luces de Chicago.
- Joder, me has asustado Jona.- Dije incorporandome.
- Lo siento pequeña, e estado retirado de este trabajo durante un tiempo.
Yo me rei. El se apoyo en la pared y pude oir algo gotear en el suelo. Junto a Jona un liquido color carmesi brillaba.
- Jona, ¿Que es eso?
El bajo la mirada.
- Mierda.- Se quejo.
Me acerque desoacio, al ver como la camiseta de Jona estaba humeda y de color carmesi.
- Jona que demo...
Me pare en seco.
- Sangre.- Susurre.